La historia de seis chicos que naufragaron durante 15 meses – El señor de las moscas

Un grupo de escolares fueron abandonados en una isla en 1965.


La historia, tiene lugar en una isla desierta en algún lugar del Pacífico. Un avión acaba de caer. Los únicos supervivientes son unos escolares británicos, que no pueden creer su buena suerte. No hay nada más que playa, conchas y agua en kilómetros. Y mejor aún: no hay adultos.

El primer día, los chicos instituyen una especie de democracia. Un chico, Ralph, es elegido para ser el líder del grupo. Atlético, carismático y guapo, su plan de juego es simple: 1) Divertirse. 2) Sobrevivir. 3) Hacer señales de humo para cuando los barcos pasen puedan ver la señal. El número uno es un éxito. ¿Los otros? No tanto. Los chicos están más interesados en festejar y retozar que en atender el fuego. En poco tiempo, han empezado a pintarse la cara. Se quitaron la ropa. Y desarrollan impulsos abrumadores: se pellizcan, se patean, y hasta se muerden.

Para cuando un oficial naval británico llega a la costa, la isla es un páramo humeante. Tres de los niños están muertos. "Debería haber pensado", dice el oficial, "que una manada de chicos británicos sería capaz de dar un mejor espectáculo que eso". En esto, Ralph estalla en lágrimas. "Ralph lloró por el fin de la inocencia", leemos, y por "la oscuridad del corazón del hombre".

Golding tenía una habilidad magistral para retratar las más oscuras profundidades de la humanidad
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